martes, 29 de abril de 2008

Scott E. Isaacson

Asistencia Militar Estadounidense y La Diversidad Religiosa
Scott E. Isaacson

“Cooperación sin ceder.”

Ese es el lema del Cuerpo de Capellanes de la Marina de Guerra de los Estados Unidos. El mismo espíritu se comparte por el cuerpo de capellanes de las demás ramas de servicio. Los capellanes trabajan lado a lado en un ministerio de cuidado, pero cada capellán permanece fiel a los principios de la denominación que él representa. Una historia muy apreciada entre los capellanes estadounidenses enseña este principio:
Un rabino Judío, un sacerdote Católico, un ministro Metodista, y un Ministro Reformado holandés... eran capellanes del Ejército que salieron por barco con otros 900 miembros de servicio y personal aproximadamente, a bordo del Transporte del Ejército estadounidense Dorchester mientras este viajaba hacia el Nor-Atlántico de Europa durante la Segunda Guerra Mundial a principios de 1943. Momentos antes de la 1:00 de la mañana, el 3 de febrero, torpedos alemanes alcanzaron el barco, y alrededor de la 1:30 el Dorchester se había hundido. Los testimonios de los testigos oculares cuentan de cuatro capellanes “calmando a los asustados, atendiendo a los heridos y guiando a los desorientados hacia un lugar seguro” mientras el barco se hundía. Habiendo dado sus propios chalecos salvavidas a otros, los cuatro estuvieron de pie en la cubierta del barco que se hundía, con sus brazos entrelazados, y orando juntos. Un relato cuenta que mientras entregaban sus chalecos salvavidas, “el Rabino Goode no buscó a un Judío; el Padre Washington no buscó a un Católico; ni tampoco los Reverendos Fox y Polling buscaron a un Protestante,” pero dieron sus chalecos salvavidas a quien estuviese detrás de ellos.
Desde los primeros días de la nación, los capellanes estadounidenses han trabajado dentro de una atmósfera religiosa diversa. Las cláusulas de religión en la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense fueron el producto de una nación religiosamente diversa, y fueron diseñadas con la intención de que el gobierno debería respetar aquella diversidad: "El Congreso no dictará ninguna ley referente al establecimiento de religión, o prohibiendo el libre ejercicio de la misma." La Cláusula del Libre Ejercicio asegura que el gobierno no puede impedir a un individuo – ya sea un civil o soldado —la práctica de su religión, independiente de la religión que sea. Mientras que la Cláusula de Establecimiento se asegura que el gobierno no podrá apoyar a ninguna religión en particular, dándole a esta de esa manera, una ventaja injusta en el camp de ideas religiosas.
El programa de capellanía estadounidense se extiende sobre una línea fina – algunos dirían de manera precaria — entre las dos cláusulas mencionadas anteriormente. La cuestión del asistencia religiosa militar es uno de los ejemplos más claros de la tensión que existe entre estas dos cláusulas constitucionales fundamentales de la libertad religiosa. Por una parte, el no proporcionar un capellán o asistencia militar claramente afectaría el ejercicio religioso de aquellos sirviendo en las fuerzas armadas. El personal militar a menudo sirve en circunstancias relativamente aisladas donde el acceso a ministros civiles normales y congregaciones es poco probable. Las personas que sirven en puestos militares deben retener sus derechos del Libre Ejercicio y el tener capellanes dentro del establecimiento militar es realmente el modo más práctico de permitir aquel Ejercicio Libre. Más aún, por otra parte, si el gobierno paga a capellanes y les da acceso preferencial al Ejército expresamente para apoyar la religión y proporcionar servicios religiosos, esto claramente crea dudas relacionadas con la Cláusula de Establecimiento.
En esta presentación, voy a describir en términos generales como funciona la asistencia religiosa militar en los Estados Unidos en una situación de diversidad de religiones. También hablaré sobre algunos problemas y desafíos actuales en el sistema, y si hay tiempo, contestaré diferentes preguntas específicas que ustedes puedan tener en relación con la presentación en general.
Desde el inicio de los Estados Unidos, parece que se han considerado más importantes o poderosas las inquietudes del Ejercicio Libre del personal de servicio Militar que las inquietudes de la Cláusula de Establecimiento. El primero Congreso designó a capellanes pagados por el gobierno “para ofrecer oraciones diarias en el Congreso .” (Lo hicieron la misma semana que ellos autorizaron la presentación de las Cláusulas Religiosas a los estados para su aprobación. La Corte Suprema ha tomado este hecho como evidencia de la forma como los fundadores consideraron el conflicto potencial con la cláusula de Establecimiento .) Y dos años más tarde en 1794, cuando las invasiones de los piratas de Barbarie provocaron que el Congreso estableciera la Marina estadounidense, el Congreso se aseguró que cada buque grande tuviese un capellán para prestar servicio a su tripulación .
Esta preocupación por el bienestar espiritual del personal militar ha sostenido al programa de capellanía militar contra los desafíos constitucionales de aquellos que creían que dicho programa violaba la cláusula de Establecimiento . También es la base de dos principios que se distinguen en la dirección del programa de capellanía. El primer principio es que las varias denominaciones en los Estados Unidos (llamadas Grupos de Soporte Religioso u Organizaciones de Apoyo) que tienen simpatizantes que sirven en la milicia son tan responsables del bienestar espiritual de aquel personal militar como lo son por el bienestar de los civiles; los capellanes aquellos que apoyan Grupos de Soporte Religioso sirven como sus representantes. El segundo principio es que los militares, a través del Comandante de la unidad (y a través de este, el capellán de su unidad), tiene la responsabilidad del bienestar total de los soldados, incluso su bienestar espiritual. Expresamente, el deber de un Comandante incluye la alimentación de su personal, la vestimenta, mantenimiento físico, desafiándolos intelectualmente, y alimentándolos espiritualmente.
El capellán estadounidense, entonces, tiene papeles diversos, paralelos: Él presta servicios para su Grupo de Soporte Religioso, ayudándole a cuidar las necesidades de los soldados y sus familias del modo especial provisto por las creencias y prácticas del Grupo de Soporte Religioso; y el capellán sirve al Comandante -- tiene un lugar en su personal de comando – ayudándolo, de nuevo, a cuidar las necesidades de los soldados y sus familias, esta vez con los objetivos adicionales de alcanzar metas orientadas a la misión y cohesión de la unidad.
Cada capellán en la milicia de los Estados Unidos representa una denominación religiosa en particular; no existen capellanes de "fe genérica" o capellanes que reclaman un estatus "independiente". Así que el Departamento de la Defensa (DoD) únicamente considerará un candidato de capellán patrocinado por la Organización de Apoyo del candidato.
El DoD ha establecido las calificaciones para llegar a ser una Organización de Apoyo: (1) el grupo debe calificar como una Organización Religiosa 501(c)(3) (según se especifica en el Código Tributario ) y (2) debe representar a cierta fe. Mientras que estos estándares no son estrictos (el DoD reconoce actualmente a más de 210 grupos de fe como Organizaciones de Apoyo capaces de patrocinar a los capellanes), no todos los grupos religiosos ha cumplido con estos estándares. Por ejemplo, actualmente el grupo Wiccan no tiene la capacidad para patrocinar a capellanes.
Un grupo religioso que califica como una Organización de Apoyo podrá entonces patrocinar a un capellán que (1) cumple con las exigencias de aquella Organización — que podrá incluir calificaciones seculares así como calificaciones religiosas — y (2) cumple con las exigencias establecidas por el Ejército . El Ejército no tiene ningún decir en las calificaciones religiosas de los candidatos para capellán. Pero las propias exigencias de las Organizaciones de Apoyo pueden ser tan rigurosas o tan relajadas como deseen estos grupos. El Ejercito considera a un candidato para capellán “totalmente calificado” si ellos han cumplido con ciertas exigencias físicas, ciertas exigencias legales de estar en forma (tienen un buen reporte de salud), y ciertas exigencias profesionales (tienen la formación educativa adecuada, etc.). Como parte de la formación educativa, normalmente los candidatos para capellán deben haber estudiado un cierto número de horas en la formación teológica en una institución reconocida, y deben tener determinados años de servicio en un ministerio. Sin embargo, hay excepciones.
Uno de los líderes de mi fe, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, me contó una historia interesante sobre como nuestra Iglesia llegó a ser una Organización de Apoyo. Había algunas preocupaciones por los capellanes de nuestra fe, porque a diferencia de casi todas las demás Iglesias, nuestros ministros no cuentan con un entrenamiento formal. Tenemos un "ministerio laico.” Algunos líderes militares estaban escépticos de que los capellanes mormones estarían calificados para desenvolverse adecuadamente. El asunto llegó hasta el presidente de los Estados Unidos, que en ese entonces era Lyndon Johnson. El líder de la Iglesia que me contó esta historia dijo que él fue parte de la delegación que llevó el asunto hasta el presidente. Él dijo, que cuando los militares trataron de explicar sus motivos de no querer a capellanes mormones porque no tenían un entrenamiento formal, el presidente Johnson los interrumpió y en su forma simple de hablar dijo, "conozco a los mormones, y estos muchachos salen del vientre de sus madres predicando el Evangelio. Por supuesto que ellos pueden ser capellanes." Y ahí se terminó el asunto.
Una vez aceptados, los capellanes entran a un entrenamiento o escuela de oficiales por 12 semanas (igual que todos los candidatos a oficial). En el Ejército, los capellanes sirven como personal regular, igual que los demás oficiales. Ellos tienen los mismos uniformes de regla y reciben salarios y beneficios comparables. Son equivalentes a técnicos o especialistas militares quienes realmente nunca van a combate, pero aún pueden servir en un rol de apoyo en los frentes de batalla. Como los demás oficiales, ellos sirven en la estructura y comando normal de la unidad —aunque nunca están a cargo de la unidad. También pueden ascender en rango y tener más responsabilidad, igual que cualquier otra persona en el Ejercito. Ellos llevan la insignia militar que da su rango, pero también una insignia especial de capellán que los identifica como parte del cuerpo de capellanes.
Una vez finalizada la capacitación como oficial, los candidatos de capellán entran inmediatamente a la escuela de capellanía militar. Allí reciben la formación para trabajar en la comunidad militar religiosamente pluralista. Los militares requieren que el capellán ''esté dispuesto a funcionar en un ambiente pluralista... y apoyar directa e indirectamente el ejercicio libre de la religión por todos los miembros de los Servicios Militares, sus miembros de familia, u otras personas que se les autorice a las capellanías militares que los atiendan.”
Entonces los deberes de los capellanes no son únicamente dirigidos a los miembros militares del Grupo de Apoyo. Ellos deben facilitar servicios religiosos, prestar cuidado al personal militar, ayudar al comandante a preparar a los hombres de servicios y sus familias para la misión, y trabajar en conjunto con el Cuerpo de Capellanes. El deber de un capellán de cuidar al personal militar se extiende mucho más allá que el cuidar de aquellos de su propia fe. Él tiene el deber de satisfacer las necesidades religiosas de cada miembro de su unidad, y cuando, debido a diferencias religiosas, él no pueda satisfacer esas necesidades, deberá encontrar a alguien que pueda. A causa de la diversidad religiosa en el Ejército, con frecuencia esto es necesario, pero no con la frecuencia que uno creería.
En el curso de sus deberes ministeriales o pastorales, los Capellanes prestan servicio como sus homólogos civiles, excepto que su "rebaño" consiste en miembros militares y sus familias, y todos los demás que caen bajo la jurisdicción del Ejército. (Las familias de los militares también caen bajo la jurisdicción del Ejército, así que también tienen pleno acceso a los capellanes). El proselitismo religioso no se promueve, mas están presentes las demás características de un ministerio regular. Por ejemplo, gozan del privilegio de negar la divulgación de las confidencias de confesión ante un sacerdote y está reconocido por el sistema de justicia militar.
Para preparar esta presentación hablamos con varios capellanes que se encuentran en el Ejército estadounidense para conseguir su perspectiva real. Según ellos, un capellán toma probablemente menos del 20 % de su tiempo en actividades específicas a su denominación religiosa, tales como conducir servicios religiosos. Él dedica mucho más de su tiempo en el “cuidado pastoral general.” Él tiene la responsabilidad de cuidar a todos los miembros de su unidad. El capellán puede aconsejar al personal y sus familias, sin importar la denominación religiosa.
Este significa que un capellán, independientemente de su propia fe, aprende algunas de las exigencias religiosas con respecto a las creencias de cada miembro de su unidad. Mientras puede sonar como una tarea deprimente, en la práctica no lo es: generalmente más del 75 % de la unidad es Protestante (de varias denominaciones con modelos similares de adoración), otro 20 % es Católico, y los demás son un puñado de personal que pertenecen a uno, dos, u otros tres grupos religiosos, o a ningún grupo religioso en absoluto.
A pesar de que no hay capellanes “independientes” o de “deber general” en el sentido de que cada capellán representa y está endosado por un grupo particular religioso, fijo, en sus deberes pastorales, todos los capellanes se desempeñan como capellanes con “deberes generales”. Cada capellán, sin importar su perfil religioso, es competente para aconsejar y confortar a cualquier persona sin importar su perfil religioso, o la ausencia de este.
Los capellanes militares con dificultad alcanzan el porcentaje de personal militar en relación a personas de su misma fe. Por ejemplo, en las fuerzas armadas hay un 75% de protestantes, y aproximadamente un 75% de capellanes militares que son protestantes. Aproximadamente veinte por ciento, son católicos, y también cerca de 20% de capellanes son católicos.
El Ejército no realiza asignaciones de unidad basadas en religión, y esto se aplica a los capellanes de la misma forma: Generalmente, no asignan capellanes a las unidades con miembros de su propia fe. De todas formas esto sería imposible. Las unidades militares en sí son religiosamente diversas, y sería imposible asignarle a cada miembro de la unidad un capellán de manera individual, de hacerlo, esto aumentaría el tamaño de cada unidad militar, y además, no hay suficientes capellanes. Sin embargo, los militares pueden hacer asignaciones para aprovechar al máximo la oportunidad para que cada capellán sirva a los de su propia fe. Por ejemplo, se le podría asignar a un capellán judío a una división donde él podría tener acceso a todo el personal judío en los regimientos, ya que él tendría responsabilidad sobre todos los regimientos que forman la división.
Según se mencionó anteriormente, los capellanes dirigen los servicios religiosos en el Ejército para sus diferentes grupos religiosos. La vida militar no es tan rigurosa en lo que respecta a que el personal no pueda observar sus obligaciones relacionadas con el día del reposo y de adoración (excluyendo las circunstancias de combate por supuesto: generalmente la guerra no respeta por días festivos o días sagrados). Los musulmanes generalmente tienen tiempo para sus oraciones diarias y para sus servicios semanales de los viernes. Los judíos se reúnen los viernes por las tardes. El domingo es un día lleno de varios servicios cristianos. Cuando no hay capellán para dirigir algún servicio religioso en particular en la base, el personal puede visitar las iglesias que están próximas a la base militar. Cuando esto no es posible y no hay un capellán disponible de ese grupo particular que conduzca los servicios, el Ejército permite que esos grupos autoricen a “líderes laicos” para dirigir los servicios religiosos para los miembros militares de ese grupo.
Líderes laicos son representantes de un grupo de fe en particular y están regulados de forma ligera por el Ejército: cada grupo en sí tiene la responsabilidad de fijar sus propias calificaciones y de certificar esas calificaciones para los militares. Por ejemplo, los soldados calificados miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD) llevan consigo una tarjeta que pueden mostrar a su capellán que representa que tienen la autoridad para conducir servicios religiosos para miembros de la iglesia. Cada líder laico, sin embargo, recibe un breve entrenamiento que explica los límites de su autorización. Los líderes laicos no son iguales a los capellanes y no pueden realizar los deberes generales de un capellán, tales como aconsejar, etc. Por otra parte, los grupos religiosos que no califican como Organizaciones de Apoyo y que no se les permite patrocinar a capellanes podrán autorizar a líderes laicos de su grupo religiosa. Los Wiccans forman parte de esta categoría.
Todo esto no implica que el programa de capellanía no tenga conflictos. Las estadísticas que indican que el 70-75% de capellanes militares son protestantes disimula uno de esos conflictos. Históricamente, la preocupación principal de diversidad del Cuerpo de Capellanes ha sido el cuidar de esos soldados militares que siguen una fe que esta entre la minoría, tal como judaísmo, Budismo, Mormonismo, etc. Solía ser que se llevaba a cabo un servicio “general Protestante” para cada persona cuya religión no estaba dentro de la “minoría”. Durante la Segunda Guerra Mundial, una sola letra sobre la placa de identificación que se llevaba en el cuello - como `J’, `C’, o `P' - identificaba la religión de uno. Y ésas eran las únicas tres letras disponibles. Si no era un `J' (judío) o un `C' (católico), entonces usted tendría una `P' de (Protestante) . Los capellanes recibían la misma clasificación, incluso, a un sacerdote Ortodoxo Ruso se le categorizada con una `P’. . [ Hoy en día las clasificaciones han aumentado para incluir Budistas, Hindúes, Islámicos, y “otras religiones,” aun así, la categoría protestante parece aplicarse a todo. [
De hecho, recientemente ha habido un cierto roce en el Cuerpo Naval de Capellanes entre algunos capellanes protestantes “litúrgicos” y algunos capellanes protestantes “no-litúrgicos”. El último grupo se quejó de que frecuentemente los oficiales litúrgicos ancianos (elderes) les obligaban a modificar sus servicios religiosos para cumplir con el modelo de adoración de un litúrgico. Incluso presentaron una demanda colectiva que suponía que la Marina de Guerra discriminaba a los capellanes no-litúrgicos y, entre otras cosas, pasaba por alto ascensos para beneficiar a los protestantes litúrgicos y capellanes católicos.
Otro caso que recibió mucha atención en los medios de comunicación fue la controversia de que “no se permitía orar en el nombre de Jesús” La Fuerza Aérea, en un intento por demostrar más sensibilidad hacia los no-Cristianos presentes en eventos donde los capellanes cristianos ofrecían oraciones [eran eventos de “asistencia obligatoria”] - y sin duda alguna actuando con una perspectiva hacia la Cláusula de Establecimiento – emitió una guía que sugería que los capellanes que fuesen invitados a ofrecer una oración en eventos donde la asistencia era obligatoria cambiaran su forma de orar de manera que incluyeran lenguaje religioso neutral. Varios capellanes se quejaron con las Organizaciones de Apoyo y con los medios de comunicación diciendo que se les ordenaba quitar el nombre de “Jesús” de sus oraciones. Los medios de comunicación que recibían esta historia frecuentemente no comprendían que las pautas nunca aplicaban cuando los capellanes estaban dirigiendo servicios religiosos. Esto se aplicaba únicamente para los eventos de asistencia obligatoria, como ceremonias de promoción y de retiro, donde la tradición era que se le invitase a un capellán a ofrecer una oración (pero por reglamento no se requería). A menudo se requería que el personal se mantuviese firme de pie por largos periodos en esta clase de eventos; la Fuerza Aérea pensó que no sería prudente exponer adicionalmente a este personal a una oración parcializada que podría ofender sus creencias religiosas (o carecer de ello). El Congreso, influido por sus electores parecía estar molesto de que los militares decían a sus capellanes que no podrían usar el nombre de Jesús, incluso consideraron una ley que explícitamente permitiría a capellanes al ofrecer oraciones, utilizar cualquier lenguaje que desearan, y al mismo tiempo crear una nueva forma de libre expresión.
Varias organizaciones, Organizaciones de Soporte, y capellanes individuales estaban en contra de dicha ley. Se hicieron preguntas dentro del Cuerpo de Capellanes con respecto a que grupo, los capellanes o los soldados, tenían mayor interés en el Ejercicio Libre de su religión. Muchos llegaron a la conclusión de que eran los soldados quienes tenían mayor interés. El programa de capellán, en primer lugar, fue creado para alcanzar las necesidades religiosas de los soldados -no de otra forma. Hoy en día, se les instruye a los capellanes que como parte de su ministerio militar, deben “estar dispuestos a trabajar en un medio pluralista. . . y que deben apoyar directa e indirectamente el libre ejercicio de religión para todos los miembros en el servicio militar . . .”
CONCLUSIÓN
A pesar de que no esta al margen de los desafíos , el apoyo religioso en el Ejercito de los Estados Unidos es un ejemplo en gran parte acertado de la tolerancia de una diversidad de perspectivas religiosas dentro de uno de las situaciones más restringidas e uniformes de la vida militar y de servicio. Hemos visto que para lograr esta tolerancia, se debe ceder en la aplicación literal o absoluta de las dos cláusulas religiosas constitucionales. Los soldados y los capellanes deben en algunos casos tener menos libertad para ejercitar su religión, y el gobierno debe tomar algunas acciones que se podrían considerar como el establecer una religión. Sin embargo parece funcionar en la práctica.
Quisiera concluir con otra historia similar con la que comencé.
Esta segunda historia ocurrió cuarenta años después de hundirse el Dorchester:
El 23 de octubre de 1983, una bomba terrorista mató a 241 infantes de marina, marineros, y soldados [de Estados Unidos] en Beirut, Líbano. Después de dicha tragedia, dos capellanes marinos- un rabino judío y un sacerdote católico -trabajaron incansablemente ayudando a los heridos, ofreciendo consuelo, proveyendo información, y ayudando llevando a otros a lugares donde estarían a salvo. Un tercer capellán, un ministro protestante, estaba entre los heridos de gravedad. Mientras trabajaban juntos ese día, el sacerdote notó que el rabino había perdido su kippa, el casquillo pequeño que usan los rabinos. Según reportó el rabino:

El capellán católico, cortó un pedazo en forma de círculo de su propia gorra – un pedazo de paño camuflado que se convirtió en la cobertura temporal de su cabeza. De alguna forma el quería que los marinos supieran que no solamente éramos capellanes, pero que él era un cristiano y que yo era judío. De alguna manera ambos deseábamos gritar el mensaje en una tierra donde la gente se estaba matando los unos a otros- basándose parcialmente en las diferencias de religión entre ellos- que nosotros, los americanos aun creíamos que podíamos estar orgullosos de cada una de nuestras religiones en particular y aun trabajar lado a lado cuando fuese hora para ayudar a otros, para consolar y aliviar su dolor .

Trabajamos aquel día como hermanos. Las palabras del profeta Malaquías se repetían constantemente en mi mente, palabras que él había pronunciado hace 2.500 años mientras él veía a su alrededor guerra, crueldad y dolor. “No somos todos de un mismo Padre?” Él pregunto. “No hemos sido creados por un solo Dios?” Era obviamente doloroso y trágico, que nuestro mundo todavía no podía demostrar que habíamos aprendido a responder, sí. No obstante, pensé, quizás algunos de nosotros podemos mantener esa pregunta viva dentro de nosotros. Algunos de nosotros podemos gritar en alto, como los marinos lo hicieron ese día, que nosotros creemos que la respuesta es sí.
Desafíos que se presentan de diversidad religiosa
Los desafíos que se presentan de diversidad religiosa son tratados generalmente al aplicar los dos principios fundamentales mencionados anteriormente: (1) los grupos religiosos todavía tienen responsabilidad del bienestar espiritual de sus adherentes que sirven en los servicio militares, y (2) el comandante militar también tiene responsabilidad del bienestar completo de su personal, y así tiene un gran interés en facilitar al grupo religioso su responsabilidad. Ahora miraremos los varios problemas potenciales que pueden presentarse de diversos militares religiosos, y después vemos cómo el uso de estos principios (así como las cláusulas libre Ejercicio y de Establecimiento) dirige una solución.
1. Es obligatorio la participación religiosa entre el personal militar?
a. No. El mandato de adoración religiosa estaría definitivamente en contra la cláusula de establecimiento y la cláusula libre del Ejercicio: El gobierno no puede establecer una religión sobre otra, ni religión sobre no-religión; y el personal militar está libre de adorar cómo él puede, o en absoluto.
2. Cómo manejan los militares las necesidades conflictivas religiosas? Por ejemplo, qué sobre los diferentes día de reposo o días santos? En qué día un musulmán o un adventista del séptimo día llevaría acabo sus servicios religiosos?
a. Esto fue explicado anteriormente. Excepto durante épocas de combate y de otras ocasiones, “servicio activo” es raramente más activo que trabajo civil regular. Un capellán, consciente de los diversos días de reposo de los miembros de su unidad, puede aconsejar el comandante de conflictos potenciales y el comandante puede con frecuencia programar los eventos alrededor de esos días. De hecho, es raro que él no hago esto.
3. Qué sobre otros requisitos religiosos? Pueden los militares acomodar las comidas kosher y el vegetariano?
a. Sí, por lo general. Comedores, incluso en el mar, son bastante grande y mantienen una variedad de comidas, incluyendo comidas judías (kosher) y vegetarianas. Hay también kosher (comida judía), Halal (comida musulmana), y vegetariano. Se debe de precisar aquí una diferencia, sin embargo. Como entre una preferencia por el alimento kosher (una preferencia religiosa) y una preferencia por el alimento vegetariano (una preferencia filosófica), el comandante tendría que trabajar fuertemente en acomodar las preferencias religiosas, debido a Cláusula libre de Ejercicio.
4. Cuáles son otros ejemplos acomodaciones? ¿Existe un límite en acomodamiento?
a. Hay varios ejemplos de acomodamiento religioso, así mismo como límites. Para un musulmán que ayuna durante Ramadán, un capellán podía hacer que el comandante informado de ésta circunstancia especial y los musulmanes pueden ser asignados a deberes de más ligerez durante ése período, por ejemplo, del deber de la patrulla donde lo requerirían estar fuera bajo el sol todo el día. Un soldado judío que desee usar un casquete podría ser permitido, puesto que un casquete puede usarse sin ser visto bajo su casco. Un ejemplo límite en el acomodamiento: generalmente, un judío ortodoxo no pueda usar una barba. Ese límite se presenta de una realidad práctica: una mascara antigás no puede funcionar correctamente en una cara barbuda. Sin embargo, así hay dos casos particulares donde han concedido a dos rabinos la excepción incluso a esa regla, y se les ha permitido usar una barba. Otros límites: un Rastafarian no podría participar de la marihuana como parte de sus servicios religiosos, por razones obvias.
5. No Hay un capellán católico asignado a una unidad, cómo un soldado o un marinero católico recibe la comunión?
a. Este un buen ejemplo en donde se requiere del grupo particular religioso a buscar una solución que funcione, y simplemente los militares facilitan. En este caso, La iglesia católica ha permitido a capellanes católicos o a otros sacerdotes la autoridad de llevar y para entregar los emblemas de la comunión que ellos mismos han preparado previamente. El portador autorizado funcionaría bajo dirección del capellán o del sacerdote y podía entrar en el lugar del capellán en donde no este uno presente.
6. ¿Tienen capellanes los ateos?
a. No. No tienen, este es un grupo organizado, a petición de ellos. Pero los ateos tienen el mismo acceso al cuidado de un capellán y asesoramiento como cualquier otro soldado.
7. Que tan a menudo los capellanes de otras religiones trabajan juntos?
a. Con frecuencia, y en un diario base. Según lo mencionado anteriormente, menos del 20% de su tiempo están probablemente ocupados en asuntos de su propio grupo religioso. El resto del tiempo están ocupados trabajando con otros en cuidados básicos pastorales que no son de denominación-específico- lo cual es hecho bajo un espíritu ecuménico.
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